“Quince minutos”, así comienza el texto que describe la batalla las instrucciones del juego. Podría describirse que pasó ese 3 de febrero de 1813, podrían contarse esos pocos minutos en tiempo real y creo que sería por lo menos un poco divertido e interesante. Pero para eso mejor vivirla ¿no? El juego El Combate de San Lorenzo cuenta mejor la batalla de lo que yo podría, pero también cuenta mucho más y no por sus escritos o sus imágenes, la cuenta jugando. El combate no es conocida por su importancia militar: porque es secundaria frente a la famosa "Campaña de los Andes" que San Martín llevará en 1817 cuando toda América del Sur parecía derrotada.
Mostrando entradas con la etiqueta Militarización. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Militarización. Mostrar todas las entradas
jueves, 30 de noviembre de 2017
jueves, 15 de septiembre de 2011
La revolución y el pueblo
La mayor parte de los argentinos podemos recordar seguramente haber participado o visto alguna vez aquellas típicas obras escolares, con algunos chicos y chicas disfrazados de negritos y negritas, otros bailando chacareras y malambos y, muchas veces, con los protagonistas -aquellos papeles tan codiciados por muchos, que acaparaban siempre unos pocos- disfrazados de Saavedra, Moreno, Paso, Belgrano, etcétera, “haciendo” la Revolución de Mayo (y claro, Mariquita Sánchez de Thompson o alguna otra esposa para que hubiera alguna protagonista femenina). Ahora, ¿la Revolución de Mayo solo fue un hecho puntual realizado por unos pocos iluminados mientras que un montón de negritos vendían agua y otro montón de negritas ofrecían mazamorra y empanaditas calientes por la calle?
A lo largo de la historiografía argentina muchas veces pareciera que se siguió ese esquema de unos pocos protagonistas, donde la mayor parte de la gente solo obedecía y no cambiaba nada. Por suerte, en los últimos años estas imágenes han comenzado a cambiar.
Conviene primero imaginar a la Buenos Aires de ese momento. En cierto punto, si recordamos la típica imagen del manual escolar podemos pararnos en la entonces Plaza Mayor (donde ahora está la Plaza de Mayo), frente al Cabildo y ver a muchísima gente de distintos colores y orígenes, realizando muchas actividades distintas. Podemos entonces darnos cuenta de que la plebe de Buenos Aires (como se la llamaba entonces) era muy diversa. Pero más allá de esto, y retomando nuestra pregunta, ¿cuál fue el papel de esta masa heterogénea tanto étnica, como social y laboralmente?
Como dijimos, la historiografía argentina ya empezó a dar algunas respuestas a esta pregunta. ¡Viva el bajo pueblo!, de Gabriel Di Meglio, busca analizar el papel de la plebe urbana de Buenos Aires en la política entre 1810 y 1830, y mostrar su influencia determinante en los sucesos políticos de la época. Para él es imposible entender lo sucedido en esos años sin tener en cuenta la participación plebeya. Ahora bien, a la hora de pensar y ver esa participación es imposible restringirse a los ámbitos tradicionales de la política.
A lo largo de la historiografía argentina muchas veces pareciera que se siguió ese esquema de unos pocos protagonistas, donde la mayor parte de la gente solo obedecía y no cambiaba nada. Por suerte, en los últimos años estas imágenes han comenzado a cambiar.
Conviene primero imaginar a la Buenos Aires de ese momento. En cierto punto, si recordamos la típica imagen del manual escolar podemos pararnos en la entonces Plaza Mayor (donde ahora está la Plaza de Mayo), frente al Cabildo y ver a muchísima gente de distintos colores y orígenes, realizando muchas actividades distintas. Podemos entonces darnos cuenta de que la plebe de Buenos Aires (como se la llamaba entonces) era muy diversa. Pero más allá de esto, y retomando nuestra pregunta, ¿cuál fue el papel de esta masa heterogénea tanto étnica, como social y laboralmente?

Suscribirse a:
Entradas (Atom)