viernes, 28 de octubre de 2016

Marcha #NiUnaMenos, o cómo estamos viviendo un momento histórico

En Marcha Atrás tenemos cierta responsabilidad con la palabra “histórico”, desde su sentido trascendental: cuando uno comprende la historia como un serie de procesos desencadenados y no como grandes hechos o eventos, cuesta creer que un momento es “histórico”. En otras palabras, que no tiene precedentes o que va lograr un cambio mayor que otros hechos o eventos. Pero es esta, y no una definición más blanda, la que le cabe a este proceso que se está dando en la Argentina y en parte del mundo occidental. No hablo solo de la marcha de #NiUnaMenos/#MiercolesNegro, pero sí de un proceso mayor que no se da hace tanto tiempo (con toda la furia son cambios que se radicalizaron recién hace poco menos de un siglo) en el que esta marcha es una parte (importantísima): la equidad de género o el fin del patriarcado. Sin entrar en detalles sobre la gran historia de la desigualdad de género en Occidente (para eso tenemos y tendremos varios posteos), concentrémonos en pensar porque este proceso es histórico y que implicancias tiene...
La primer y principal razón que se encuentra es la escala, algo nunca menor cuando se trabaja en historia. La lucha por la igualdad de género involucra una escala nunca antes vista y esto trae problemas al comprenderla y criticarla. Observemos este artículo para encontrar un ejemplo de crítica con menos malicia de lo habitual hacia el feminismo: el texto tiene algunos problemas, pero el principal de ellos es que necesita comparar permanentemente a la lucha feminista con otros movimientos de reivindicación de los derechos. El autor no da ejemplos, quizás por no encontrar ninguno similar, ¡Porque no los hay! La comunidad LGBT, la comunidad negra de los EE.UU., los árabes en Europa, para dar algunos ejemplos, son todas minorías en su contexto e incluso cuando son números importantes nunca van a lograr la cantidad que representa a la mujer en la sociedad humana o dentro de cada país (siempre es más del 50%). Medir las acciones de este movimiento comparándolo con otros grupos es como medir un continente con una regla, o más bien, la temperatura con un barómetro. No existió nunca (quizás la lucha de clases entre obreros y patrones) un reclamo de parte de un grupo humano tan extenso en la historia de la sociedad.
Volante de la marcha.
Este problema de medición desprende otro diagnostico bastante fallado, que también se reproduce en el artículo: medir el proceso por medio de los éxitos alcanzados. El autor, plantea que los logros son escasos para el tiempo que se lleva en la lucha, pero no comprende la amplitud temporal de la dominación de género. En la sociedad occidental se puede considerar que existe una dominación de milenios de antigüedad re-formulada y re-planteada regularmente pero, en lineas generales, similar. Si lo consideramos así, los "éxitos" durante estos últimos cien años son muchísimos para tanto tiempo de subyugación .
Los casos extremos de violencia de género parecerían decir lo contrario sobre estos "éxitos", pero es que no hay que confundir los logros con la victoria. Incluso la violencia generalizada hacia la mujer, se puede considerar como consecuencia de este momento histórico. Existen dos razones para pensar esto: en primer lugar, en muchas ocasiones la violencia directa (física o verbal, pero visible) es consecuencia de un grupo humano que está perdiendo la capacidad de ejercer otro tipo de violencia. Esto se observa no solo en los femicidios, sino también en los diferentes grupos anti-feministas o en los insultos en marchas, organizaciones, etc. En segundo lugar, la violencia siempre estuvo, simplemente ahora se logró visibilizar o tipificar. En otras palabras, no solo ahora hay actos que se consideran violencia de género como algo diferenciado, sino también, se consideran violentas otras prácticas que antes no lo eran: la desigualdad económica, las prácticas habituales del hombre hacia la mujer y múltiples ejemplos más, que son ahora entendidos como parte de la dominación oculta por siglos hacia la mujer. Esto no es nuevo y se pueden ver a lo largo de la historia muchos ejemplos de visibilizaciones de la dominación oculta (la Ilustración es un movimiento basado principalmente en esto), pero no a esta escala (tanta gente y tantos años).
Convocatoria a Plaza de Mayo del Miércoles Negro.
Estos párrafos se quedan cortos para describir lo que implica vivir un momento histórico, pero lo central es comprender que la historia no cambia sola, se logra transformar por medio del reclamo, la lucha y la discusión de todos los involucrados. Existe una forma de ver el tiempo como una "evolución" y muchos consideran que la igualdad de género es parte de esta, pero esto trae un problema muy grande que es la des-movilización. No existe un cambio unidireccional y, si no es provocado por los y las que lo buscan, no va a suceder. El miércoles 19 de octubre de 2016 y en otras marchas más se buscó esto mismo: protagonizar la historia para lograr algo realmente histórico cómo es eliminar el patriarcado, generar igualdad de género y, en fin, construir un mundo mejor. 

#NiUnaMenos

#VivasLasQueremos

#LuchandoLasTenemos

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