Hace mucho tiempo atrás quedamos en los espacios que la mujer conquistó a lo largo de la historia. Hemos abordado las primeras mujeres universitarias como Cecilia Grierson o Julieta Lantieri. Mujeres con ganas de revolucionar aquél mundo masculino y patriarcal. El camino trazado por las mujeres no fue fácil, aún hoy nos topamos con argumentos de la era de piedra que dan ganas de… de… Ya saben… pensar en toda la familia de ese sujeto y rezarle un rosario de improperios.
Pero no nos distraigamos de nuestro objetivo, hoy vamos conocer un poco más sobre el espacio conquistado a nivel político (no sin esfuerzo) de la mujer. Nos vamos a centrar en los años de la radicalización de la violencia en la Argentina. Es decir las décadas '60 y '70, cuando la violencia tanto de “arriba” como de “abajo” marcaron impactaron en la historia argentina.
Lejos de quedarse en la casa cuidando a los hijos, la mujer ya había comenzado el proceso emancipatorio, la participación política a través del voto, el ingreso a la universidad en distintas disciplinas, que en la década del 60 y 70 aumentaba de manera considerable.
La radicalización política no vino sola. Distintos factores influyeron en la formación de los primeros grupos armados. La Guerra Fría, la Revolución Cubana y la idea del hombre nuevo marcaron a una generación que optó por la vía armada. En la Argentina nacieron organizaciones armadas como Tacuara, FAL, FAR y Montoneros. Pero... ¿Qué lugar tuvo la mujer en este proceso? ¿Cuál fue la participación en los grupos armados?
En el campo de la investigación histórica algunas voces ubican a la mujer en un lugar superficial y casi maternal. Es decir dedicadas las acciones de superficie, como militancia de base, en los barrios, comedores etc. Sin ir más se insiste en la subordinación de la mujer en la ocupación de posiciones jerárquicas dentro de las organizaciones armadas. Pese a estas visiones un tanto tradicionales, la historia nos permite ver la importancia que tuvieron la mujeres en la realización de tareas estratégicas, planes y acciones armadas concretas.
Este fue el caso de Norma Arrostito, una figura clave en la organización de Montoneros. Seguramente no a muchos les suene su nombre, pero esta “simple mujer” inició su formación en el mundo de la lucha armada, nada más, ni nada menos que durante el secuestro de Aramburu, realizado en 1970.
Arrostito fue la única participante femenina del secuestro político al ex presidente de facto Aramburu. Su militancia política se inicia a principios del '60 en el Partido Comunista, aunque su paso duró poco. Durante los años 1955-58 tuvo contacto con el secretario personal del general Perón, John William Cooke, lo cual la acercó al proscripto partido peronista. Su relación con el peronismo se profundiza hasta formar parte de ARP (Acción Revolucionaria Peronista, que más tarde se transformaría en FAR).
Pero… hasta acá llegamos hoy mis queridos lectores…. Seguirnos recorriendo la militancia política de Norma Arrostito como un ejemplo de participación femenina en estos años.
Ver más en:
Barrancos, Dora; Mujeres, entre la casa y la plaza, Sudamericana, 2008.
Saidon, Gabriela; La montonera, biografía de Norma Arrostito, Sudamericana, 2005.
No hay comentarios:
Publicar un comentario