Los Juegos Olímpicos son conocidos por su supuesta propuesta de no involucrarse con campañas o símbolos políticos. Sin embargo, lo real es que muy pocas veces pudieron escaparse a eso. Uno de los momentos más tensos de la historia olímpica fue el protagonizado por los boicots consecutivos en 1980 y 1984 por las potencias de la guerra fría y sus aliados.
Estadio olímpico de Los Ángeles 1984. |
Cualquiera que haya visto mucho los Simpson recordará el famoso capítulo que transcurre durante los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984. Krusty pierde millones porque su promoción no contaba con que los soviéticos no jugaran esos juegos. La historia se basa en ese famoso momento, los países del bloque soviético no jugarían esa competencia como respuesta a cuando los EE.UU. y sus muchos aliados hicieron un boicot en los anteriores juegos de Moscú 1980.
Antorcha de Moscú 1980. |
Claro que estos boicots no vinieron en cualquier época, si bien es sabido que después de la Segunda Guerra Mundial y hasta la caída de la Unión Soviética, los EE.UU. y La U.R.S.S. vivieron un período de guerra indirecta llamado “Guerra fría”. Esta guerra tuvo varias características. La principal es que no hubo ningún combate directo declarado entre las dos potencias. Sin embargo, fue un momento plagado de conflictos vinculados. A falta de guerra directa, la "Guerra Fría" se trató de un conflicto con una carrera armamentística permanente. La idea general era la amenaza permanente de una potencia a otra, generalmente vinculado al armamento nuclear. La última característica de esta guerra es que se trató de un conflicto cultural permanente. Esto quiere decir que cada potencia demonizaba la forma de vivir de la contraria, tanto a su interior como en el panorama internacional.
Logo de la "Iniciativa de Defensa Estratégica". |
La guerra, sin embargo, no fue siempre igual, hubo mayores y peores momentos. Vietnam era el último hecho de un período conflictivo de ella, pero mientras poco a poco el panorama internacional se iba tornando más pacífico. La cosa iba a cambiar con esta derrota, ahora sumada a una crisis económica muy fuerte en todo el mundo capitalista en 1973, tras ella se pretendía imponer lo que luego llamamos "neoliberalismo", algo muy difícil de lograr dentro y fuera de los EE.UU.. Entonces los norteamericanos necesitaban una estrategia que los volviera a ubicar en el centro como país poderoso, tanto internacionalmente como frente a sus propios ciudadanos. Aprovechando que los soviéticos entraban en lo que se llamo “el Vietnam de la U.R.S.S” en Afganistán, y que su dominio mundial parecía ir decayendo, se llevo a cabo una segunda avanzada en la guerra fría. Las características que nombramos antes, sin embargo no sólo se mantuvieron si no que aumentaron: Ronald Raegan (el presidente de los EE.UU.) se volvía a referir a los soviéticos como “el imperio del mal”, el mismo presidente proponía un nuevo paso en la carrera armamentística como lo fue la “Iniciativa de Defensa Estratégica” o “guerra de las galaxias” en 1983, y en general esta potencia marcó esta década como el momento final para destruir al peor enemigo de “el mundo libre” que estaba realmente con posibilidades de conquistarlo (cuando en realidad estaba en su peor momento). En este contexto es que los EE.UU. decidieron no participar en los Juegos Olímpicos de Moscú, la "Guerra Fría" comenzaba justo en esa década a reaparecer como discurso fuerte en todo el mundo y esta potencia parecía dar el primer paso queriendo demostrar su poder político. Realmente lo mostró, logrando uno de los juegos con menos participación. Sin embargo, cuatro años más tarde, la U.R.S.S. demostró que con sus aliados afuera también podía demostrar cierto poder, más que nada en cuanto a las actividades deportivas (se trataban de los países con más medallas).
Mapa de los diferentes boicots de los JJOO. |
Así vemos como estas acciones lejos están de ser “chicanas” y realmente son muestra de momentos históricos importantes. Los Juegos Olímpicos demostraron una vez más estar muy lejos del ideal de paz y coexistencia fuera de la política, y fueron escenario para una competencia más intensa que los 100 metros llanos, el salto triple o el básquet, como lo es un verdadero duelo de titanes.
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