Pensar los años noventa nos lleva por un universo lleno de escenarios paralelos que convivieron a lo largo de una década que puede calificarse como "memorable", tanto en lo económico y político, como también en lo cotidiano, un entramado que bordeaba lo bizarro cultural.
Entre esos posibles escenarios se combinaron muchos puntos que conformaron un nuevo estilo de vida. Desde los medios de comunicación, la televisión dirigió el concierto con programas que mezclaban la actualidad, la política y el absurdo. Un claro ejemplo fue el programa “A la cama con Moria": desde la pantalla chica y en el horario de protección al menor, fuimos espectadores de la “nueva política". En una escena surrreal, políticos y vedettes conversaban sobre la actualidad, agenda política y vida privada. La escena se completaba con mujeres semi desnudas y un dialogo plagado del doble sentido.
El espectáculo, la farándula y la política se unían para dar forma a lo amorfo. Atrás quedaban la asamblea, el programa político y valores militantes que marcaron los setenta y los ochenta. La revolución había terminado con la caída del muro. El new age, el culto a la figura y la vida moderna no dejaban espacio para cuestiones tan triviales como la política.
El espectáculo, la farándula y la política se unían para dar forma a lo amorfo. Atrás quedaban la asamblea, el programa político y valores militantes que marcaron los setenta y los ochenta. La revolución había terminado con la caída del muro. El new age, el culto a la figura y la vida moderna no dejaban espacio para cuestiones tan triviales como la política.
Los '90 también fueron el 1 a 1, una política económica, añorada por muchos hasta el día de hoy. Este nuevo sistema de paridad fija se alimentó de capitales golondrinas, importaciones masivas y desindustrialización. El alcance a lo barato y en cantidad fue mucho más que una simple compra: transformó la vida cotidiana. Comprar no era algo intrascendente: comprar y consumir marcaban la pertenencia a un nuevo status social. Lejos de los ideales de producción, industria nacional y trabajadores, comprar importado y barato fue el slogan de moda. Lo prefabricado, sistematizado e importado atravesó varios aspectos de la vida, entre ellos, la cultura. Ésta se volcó ya no en una producción artística sino en una cultura de consumo, shoppings, los “todo por dos pesos”y el made in china invadieron lo cotidiano.
Sin embargo a ésta cultura consumo de marcas de internacionales, de lo importado, de los viajes a Miami en el fin de semana y de POP musical prefabricado, hubo una respuesta clara. El under musical noventoso, un cosmos musical que recorrió tanto el rock pesado como el genero alternativo.
Diferentes bandas plasmaron en sus letras, el lugar que estaba ocupando la política, la situación social detrás de los viajes a Miami y el nacimiento de una nueva juventud que ya no se sientía representada por los intereses de los '60 o los '70.
Diferentes bandas plasmaron en sus letras, el lugar que estaba ocupando la política, la situación social detrás de los viajes a Miami y el nacimiento de una nueva juventud que ya no se sientía representada por los intereses de los '60 o los '70.
No hay comentarios:
Publicar un comentario