Poster de la película
Corazón de Caballero.
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Si escuchamos hablar de la Edad Media, puede que nos suene a algún tema aburrido del secundario y nada más, si es que de casualidad nos suena. Pero, por otro lado, convivimos con diversas representaciones que nos hablan de esta época y aparecen todo el tiempo en películas, series de TV y best-sellers: castillos, princesas, reyes, espadas, armaduras, cruzadas… Se nos presentan a veces mundos contradictorios en estas imágenes, de fuertes contrastes: hermosos vestidos contra ciudades en decadencia, princesas y brujas, Robin Hood vs. Cenicienta, Mel Gibson en Corazón Valiente vs. Heath Ledger en Corazón de Caballero.
Pero, ¿qué fue la Edad Media? Y para empezar, debemos preguntarnos
Pintura del Siglo XIV que nos muestra un feudo. |
¿cuándo fue? La Edad Media fue un período que formalmente comienza en algún momento entre el siglo V y el XI (según a quien le preguntemos) y termina en 1492 con la llegada de Colón a América. Responder qué fue ya se pone un poco más difícil, porque en realidad sólo podemos definirla como años que, como su nombre lo indica, están entre dos cosas: la Edad Antigua y la Edad Moderna. Esto fue así para los pensadores que le dieron su nombre hace ya varios siglos. Sin embargo, con el tiempo los historiadores empezamos a descubrir que era más que una transición y, en general, se la plantea como un período de monarquías débiles en las que condes, duques y nobles dominaron áreas de distintos tamaños pero más reducidas que los países actuales, como si fueran reyes aunque debiéndole alguna lealtad a uno o más superiores. Así el panorama se complicaba y los poderes se distribuían, encimaban y conectaban. Estas personas que dominaban territorios y seres humanos eran los señores feudales, que quizás podríamos identificar en Robin Hood con el príncipe Juan, Lady Marian, e incluso el mismísimo Robin.
Representación de un campesino feudal. |
Ahora, ¿de qué vivían estas personas? (porque en las películas nunca los vemos trabajando). ¿Quiénes construían los castillos, preparaban las cenas, cultivaban los campos y cosían los vestidos? Estos eran los verdaderos protagonistas del período, que pocas veces aparecen retratados en las películas: los campesinos. Ellos eran hombres y mujeres semilibres, en general llamados “siervos”, que debían dar servicios en trabajo y alimentos a los señores, a la vez que producían para su propia subsistencia. Lejos de las visiones románticas de las aldeas medievales, donde el castillo está rodeado por bellas casitas, estos campesinos vivían en condiciones muy precarias, en casas de paja, sin baños ni piso y con una o dos prendas para vestirse. La vida del campesino era muy difícil: las aldeas eran insalubres, olían mal, eran víctimas de pestes y, sobre todo, de la violencia de los señores que mencionamos antes. Para obtener lo que querían y mantener a los campesinos dominados, estos condes usaban muchos métodos y recurrían frecuentemente a las armas y a extorsiones. Sin embargo, no debemos pensar que los campesinos no se resistían. Lo hacían de hecho, y de maneras muy distintas: desde la rebelión abierta donde atacaban al señor, a sus secuaces y al castillo, hasta las resistencias más cotidianas -pero no menos importantes-, como realizar juicios contra los señores, trabajar más lento en la tierra del señor, correr los límites de las tierras del amo u organizar a la comunidad campesina. Esto, en mi opinión, es a lo que tenemos que prestarle atención y por lo que vale la pena recordar la Edad Media: porque en ella nuestros antepasados, distintos a nosotros pero no tanto, pelearon por lograr una mejor existencia frente a un poder que se les presentaba como sagrado e invencible. Entonces, podemos preguntarnos: ¿por qué lo hicieron, si podía costarles la muerte? La respuesta es, me parece, que lo hicieron porque valía la pena intentarlo, aunque se les fuera la vida en ello.
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