La famosa bandera pirata no es mito. |
Todos hemos visto muchas películas, series, novelas, juegos y miles cosas más que eran de “piratas”. Los mismos fueron villanos y héroes de muchas historias, pero ¿existieron realmente? ¿Quiénes eran estos personajes? En sí, la palabra Pirata tiene un origen muy simple: era una deformación del momento de la palabra “Private” o sea, simplemente privado. Sin embargo la palabra para denominarlos que más nos hace entender su naturaleza era “bucaneros”. Este nombre nace de un estilo de cuchillo utilizado para carnear ganado. Ahora entenderemos más el significado de estos términos.
El principal momento de la piratería se da entre finales del siglo XVII y el siglo XVIII. No es extraño que sea el momento en el cual el comercio en el Atlántico fue, por lejos, el mayor. En estos años, los españoles controlaban el mar hacía tiempo, desde la conquista de América. El conocido sistema de flotas y galeones permitía el llamado “monopolio” entre la metrópoli española y sus colonias en América. Sin embargo, en estos momentos tanto ingleses como franceses empezaban a adentrarse en el mundo atlántico. Inglaterra comenzó a afirmar colonias en zonas de Centroamérica y en varias islas del Caribe. Imaginemos, entonces, un Océano Atlántico permanentemente cruzado por comerciantes que unían Europa, América y África, un mundo de barcos.
Claro que en este contexto la guerra no podía estar afuera. Para el momento de la Revolución Inglesa, Cromwell logró durante su mandato confeccionar la “New Model Army” en 1651. La misma era una flota profesional y organizada, capaz de vencer no sólo a las naves realistas (las partidarias del rey depuesto por el actual gobernante) y a toda Europa. Al finalizar la revolución había un panorama de muchísimas naves construidas, muchos marineros contratados y, sin embargo, poco sueldo para ellos. Estas características en un mundo donde los barcos con mercancías y tesoros eran fáciles de cruzar, dieron llegada a la primera ola de piratas en estos tiempos.
Existieron tres grandes momentos en donde hubo una exaltación de la piratería a lo largo del fin de ese siglo y, en realidad, la misma siguió todo el siglo XVIII pero no tan intensamente. Todos estos momentos tuvieron características parecidas al primero: muchos barcos, muchos hombres, poca paga.
El estado de los marineros de luego de las guerras. |
Lo más interesante de los piratas son sus características únicas en el mar. Muchas de estas aparecen en la mayoría de las representaciones que hablamos al principio. Para empezar, los piratas eran consecuencia de un motín naval. En un mundo lleno de jerarquías (no sólo en tierra donde los nobles, campesinos y burgueses se diferenciaban, sino también en el mar, donde el rango militar y la paga era siempre diferente) los piratas eran un oasis de libertad e igualdad. Cuando tomaban el barco, podían, o asesinar a su capitán o ser dirigidos por el mismo y rebelarse contra su país de bandera. Así, los líderes piratas eran verdaderos “caudillos” sostenidos por una base popular. Los botines eran divididos entre partes iguales y muchas veces los esclavos eran liberados, habiendo incluso, grandes piratas de origen esclavo. Los piratas, además, tenían un origen muy diverso. En cada barco, a pesar de tener una bandera de un solo país, ya antes del motín eran provenientes de múltiples nacionalidades. Con esto también se generó una nueva lengua que se diferenciaba más de los idiomas originales. Con la lengua también llegaban sus propios códigos y reglas de comportamiento. Hasta las mujeres tenían un lugar diferente en esta “sociedad”.
Claro que esta “sociedad” diferente tenía que vivir de algo. No sólo vivían del pillaje a otros barcos mercantes, sino que, sobre todo en la primer oleada, vivían de sus propias plantaciones tropicales. Los españoles al iniciar su conquista liberaron mucho ganado en las islas del Caribe, ganado que nunca terminaron explotando. Estas islas eran las ocupadas por los piratas que siempre explotaban este ganado faenándolo con su “bucán”. Luego aprovechaban los prisioneros capturados para lograr explotar las múltiples plantaciones (no por nada, el ron, bebida a base de caña de azúcar, es la bebida pirata por excelencia).
El famoso pirata Morgan. |
Pero, ¿los colonos no tenían problema con esto? En un principio las alianzas entre gobernadores del Caribe y los piratas estaban a la orden del día. El mayor ejemplo de esto es el del famoso Henry Morgan, quien fue gobernador de Jamaica (la “capital” de las colonias inglesas de la zona). Sin embargo, los piratas poco a poco fueron una molestia. Si bien las diferentes metrópolis (sobre todo Inglaterra) podían hacer la vista gorda mientras perjudicaban a las otras potencias (sobre todo a los españoles). Estos hombres eran cada vez mas poderosos y, al contrario de los Corsarios (hombres ingleses con patentes para atacar naves enemigas, que generalmente, al contrario de los piratas, provenían de clases altas), los Piratas no eran controlables. Así fue como las potencias locales y de la metrópolis acabaron con la primera oleada de Piratas. Algo muy parecido sucedió en la segunda oleada veinte años después. En la tercera oleada, los piratas abandonaron su estadía principal en el Caribe, y se mudaron a las costas africanas, en donde, desde el inicio, fueron un problema para el comercio de esclavos. Los comerciantes de este rubro fueron, justamente, los que los terminaron de derrotar. De todas formas, los piratas siempre se mantuvieron y donde hubiera mala paga, un barco y muchos lugares para saquear, un pirata estaba en camino.
Así es como los piratas se metieron en la cultura popular hasta nuestros días. En su momento, representaban una sociedad con sus propias reglas, completamente opuesta a la reinante. Eran hombres iguales en un mundo de diferentes, cosmopolitas en un mundo de países enfrentados y libres en un mundo de opresores. No es raro que nos resulten divertidos, admirados y esperemos ansiosos la última de piratas en el cine ¡Por una vida de pirata, yo ho!
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