martes, 28 de diciembre de 2010

La conquista no terminó

Con este pequeño especial temático, no estamos intentando adentrarnos solo en un periodo histórico. También se pretende abordar una problemática histórica, pero como tal no desapareció. Es, actualmente, tapa de nuestros diarios.
Toldo de pieles obtenidas en malones y por comercio
Solemos terminar dividiendo todo en “etapas”, en momentos de similitudes en problemas y situaciones. Esto pasa en el hablar común, la escuela o, incluso, la “academia”. Sin embargo, hablar de una época “precolombina” una de “conquista” y luego una de “independencia”, a veces hace creer que el conflicto o la situación de los indígenas fue “solucionada”. Como si realmente los americanos se hubieran, por fin, liberado de las cadenas de los españoles, y llegando a la libertad de poder gobernarse. En el posteo sobre las visiones de la conquista, comenté sobre la poca necesidad de dividir españoles de indígenas, y plantearlo solo como una relación violenta. Entonces intentaremos evitar esta forma de mirar. Una forma que hace, en realidad no hacernos entender algo esencial para nuestro territorio.
Sin explicar (por ser inabarcable en un solo posteo), todo el proceso de independencia americana, tenemos que tener en cuenta que, por ejemplo, en nuestro territorio, no significó una finalización de los problemas con el llamado “asunto indígena”. Para la época posterior a la famosa revolución de mayo, el territorio de la campaña bonaerense, o sea la jurisdicción del, todavía existente, Cabildo, no llegaba mucho mas al sur del río Salado.

Si bien, los indígenas tenían existencia política e importancia civil en conflictos y en el ambiente de trabajo al, norte de esta frontera, las relaciones al sur eran muy diferentes. Realmente, aunque el territorio correspondía al cabildo de Buenos Aires desde el momento del virreinato jurisdiccionalmente hablando, no existía control real. Desde este punto y hasta toda la extensión de la Patagonia, las tribus indígenas tenían su propio dominio real del territorio. La frontera, sin embargo, en estos últimos años, ah sido un objeto muy fuerte de análisis y trabajos. Ya no se considera como un lugar de división y de conflictos, si no como un verdadero espacio social propio. Los malones, saqueos y las pequeñas batallas, están resignificadas, haciendo notar que en realidad exsitian relaciones comerciales, sociales y de todo tipo. Un ejemplo clásico, es como en realidad, los botines de los malones, muchas veces eran vendidos en las ferias en donde tanto indígenas como “blancos” asistían. Hablar de un espacio de relaciones sociales muy entrelazadas, claro está no es hablar de que había paz. Más bien, todo lo contrario.
Claro que este estado porteño, tarde o temprano querrá tener control sobre este territorio. Realmente la construcción del Estado argentino fue un proceso muy complejo y que sabemos que llevó todo el siglo XIX. Lo mismo sucedió con la apropiación de estos territorios. Sin embargo, no siempre esta fue una intención lineal. Es sabido varios momentos en donde, por ejemplo Rosas, necesito utilizar su buena relación con algunas de las tribus del sur de esta frontera. 
Mapa militar de las acciones de la campaña del "desierto"
Así es como llegó la consolidación del primer Estado nacional en nuestro territorio. Su consolidación, durante los años posteriores a 1880, estaba vinculada con una necesidad de control de estos territorios por parte de sus protagonistas. Las conquistas del “desierto”, ya fueron mil veces y generalmente muy bien analizadas. No por eso no se las puede incluir en un momento más de la relación con los indígenas. Digamos que, fue el intento de proceso “final” del llamado “asunto indígena”. Claro que esto, sin negar las razones completamente económicas de esta campaña.
Claro que no por haberlos diezmado y usurpados de sus territorios, los indígenas habitantes de este naciente Estado nacional, iban a desaparecer como un “problema” latente de este. Es en estos momentos donde un debate muy interesante se hace con respecto a que hacer con los sobrevivientes y desplazados indígenas. Claro está que no eran pocos a pesar de las matanzas.
Con un intento de nacionalidad en contracción, ¿Qué es un indígena? ¿Un ser de fuera de la nación blanca? ¿Un perteneciente de la familia argentina que tiene que ser asimilado? ¿El representante del germen nacional y como tal tiene que ser respetado en sus costumbres? Las preguntas y respuestas son tantas y tan variadas, que muchas de las opiniones siguen apareciendo en nuestros días más de un siglo después. El modelo de reservaciones, utilizado en mayor medida en los Estados Unidos, fue uno de los resultados del debate. Se implementó, de esta manera, una relocalización de muchas de las tribus y un intento de aislación cultural. Todo esto con la esperanza de ser “civilizados” en un futuro.
Llegando al siglo XX recién, los indígenas seguían apareciendo en la boca de los “civilizados” blancos. America supuestamente era libre, pero no esas tribus originarias conquistadas.
Es importante notar esto, pues vemos como hasta nuestros días, la idea de que hacer con grupos humanos supuestamente diferentes a nosotros, sigue siendo un problema. Que los Tobas estén en las noticias de hoy y de la forma tan trágica en que lo están, y a su vez lo importante de la propuesta de un Estado “multinacional y cultural” como esta propuesto en Bolivia, nos marcan los problemas y las posibles soluciones de la caracterización de la identidad americana. Para que un hermano indígena no sea más visto como un problema o como un “otro”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...